lunes, 16 de julio de 2018

'Call Me by Your Name'

A buenas horas, sí, pero acabo de ver la película (en versión original). Podría hacer una crítica en serio si no albergara tan profundos sentimientos por Armie Hammer y su personaje, pero como no es el caso, haré una chapuza sin spoilers graves.

A diferencia de todos los comentarios infinitamente mejores y con información importante en sus líneas que abundan en internet, yo quiero resaltar las nimiedades... y a Armie Hammer, que fue el principal motivo por el que me interesó ver la película. ¿Que habría visto la película aunque no saliese él? Probablemente. Y probablemente esta entrada tendría un mínimo valor de haber sido así.
Normalmente vemos las películas por el argumento (o porque sale Armie Hammer), pero el de esta no es precisamente innovador, en mi opinión. He visto muchos dramas y leído a Jane Austen tantas veces que ya todo me parece obvio. PERO no es una pega, porque la intuición de una/o respecto al hilo permite captar y disfrutar otros aspectos.

Por ejemplo, el escenario. La película transcurre en Italia, que no es uno de mis países favoritos pero después de Call Me by Your Name ha ganado muchos puntos. Más concretamente, en una casa preciosa de esas en las que todo cruje. De hecho, uno de mis momentos favoritos es cuando Oliver (Armie Hammer) empuja una puerta para cerrarla de forma muy casual (mientras se supone que tienen que hacer el menor ruido posible) y Elio (Timothée Chalamet) se lanza a pararla; no llega a tiempo y la puerta se cierra de golpe haciendo que retumbe la casa entera.

Otro de mis momentos favoritos es al llegar Oliver, que no está de acuerdo con la observación lingüística que Perlman hace sobre el albaricoque y empieza a hablar de etimología. Sin embargo, la grandiosidad de la escena es puramente subjetiva.

También me gusta cómo en las conversaciones triviales se tratan temas culturales en los que todos los personajes tienen cabida, y me gusta que los diálogos sean plurilingües.

El hecho de que ambos protagonistas se muevan generalmente en bicicleta permite apreciar el ambiente, natural y sano, y los paisajes preciosos que no hay en Roma, aunque en Roma hay otros.

Personalmente alguno de estos momentos me recordó a The Falls, una película también de temática gay que no me arrepiento de haber visto pero que no repetiría, en la que los protagonistas también se mueven en bicicleta por caminos parecidos y tienen una relación y un comportamiento similares. Me reí mucho con ella, aunque no es una comedia, y saqué un par de citas geniales como «no hay nada más gay que el ejército», pero esta es mejor.


En cuanto a Armie Hammer y su personaje, Oliver, he de decir que estoy encantada. Antes, cuando pensaba en Armie Hammer, me venían a la cabeza su papeles de Mike Stevens en Mine o de Ilya Kuryakin en Operación U.N.C.L.E., cualquiera de los dos totalmente distinto de Oliver. La segunda tuvieron que convencerme para verla y tenía todas mis esperanzas puestas en Henry Cavill, pero Henry se convertió en un estorbo en cuanto Hammer apareció en pantalla.

Sin embargo, demostró en esta película que, además de maravilloso, también es actor. En realidad ya lo había demostrado en Mine, pero es solo por echarle flores.

Oliver tiene algo de lo que Ilya y Mike carecen. El qué lo sabe Armie. Es un personaje redondo aunque no se aporte demasiada información sobre él (en la película, no he leído el libro... aún). Es el chico perfecto al que todos quieren, pero se esconde bajo una máscara de firme seguridad que no es siempre tan firme. Su contexto es diferente del que vemos en la película; si no lo fuese, el final podría haber sido distinto.

Quisiera concluir confesando que terminé de ver Call Me by Your Name a las 03.30am y que por ello quizá esta birria de comentario esté cimentada en una visión poco precisa de... Que me caía de sueño, vamos.