sábado, 1 de septiembre de 2018

Doblaje VS Original


Quería contestar directamente en Twitter, pero se me iba a hacer muy largo y tampoco tenía ganas de enredarme con un hilo.

Personalmente, yo suelo preferir ver películas y series en versión original subtitulada. A veces los subtítulos son incluso un simple apoyo porque, si está en inglés, puedo enterarme bastante bien de los diálogos.

Sobre todo si se trata de algo que he estado esperando con ansia y no puedo seguir esperando hasta que lo doblen al castellano, o que no es probable que lo doblen al castellano nunca, como ocurre con muchos animes, los subtítulos son mi primera opción.

Es casi siempre un capricho personal, porque soy una friki de los idiomas y porque muchas veces, cuando oyes la voz original de un actor o actriz, ya no puedes oír su doblaje sin ser consciente de que está doblado. La voz de Adam Driver no tiene absolutamente nada que ver con la de Kylo Ren en el doblaje castellano, y después de no-sé-cuántas temporadas de The Big Bang Theory se me hace raro que un sith tenga la misma voz que Sheldon Cooper.

Las películas en versión original me han regalado momentos maravillosos como aquella vez que no era yo quien estaba viendo Origen (Inception), sino mi madre, y yo estaba allí pero los subtítulos no entraban en mi campo de visión, y Tom Hardy dijo algo, no recuerdo qué, pero lo dijo en su inglés (el maravilloso inglés de Tom Hardy) y sonó en mi cabeza como si fuese mi lengua materna. No porque lo entendiese, no; entender, entendía también a Cillian Murphy y a Leonardo DiCaprio. Fue solo esa frase de Tom Hardy, y fue solo por haber visto más de Tom Hardy en versión original. Con una base del idioma, las películas sin doblar son un eficaz refuerzo del aprendizaje.

Es muy común que en el doblaje se pierdan juegos de palabras y chistes sin traducción exacta y no siempre se tiene la habilidad suficiente para sustituirlos, lo que perjudica a la calidad de lo que estamos viendo. A veces se traducen literalmente y no tienen sentido a no ser que sepas darle la vuelta y entender el chiste original.

También hay un factor importante que afecta a la calidad del doblaje: el dinero. No tiene la misma riqueza el doblaje al castellano de Infinity War que el de Oldboy (la coreana) o casi cualquier muestra de cine asiático no animado.

Hace no mucho vi una película china cuyo título habían traducido por Yo no soy Madame Bovary, para que se entendiera la referencia, imagino. El título original era «Wo bu shi Pan Jinlian», cuya traducción literal es Yo no soy Pan Jinlian. Entiendo que aquí no hay un conocimiento general de la cultura china y que ese título nos resbala un poco así de buenas a primeras, así que para que la gente vea la película hay que poner algo que suene un poco más. Estoy bastante segura de que, aun así, hay mucha gente que no sabe quién es Madame Bovary y de que alguien que ve cine asiático sin reírse porque salen chinos (la autora tiene conocimiento de una cifra mínima de sesenta casos verídicos) sentirá un mínimo de curiosidad por quién es «Pan Jinlian», lo cual, por cierto, explican en la misma película.

Así que, personalmente, coincido bastante con esas personas que sostienen que en el doblaje se pierden trazos culturales. SIN EMBARGO, también coincido con la otra parte en otras cosas, y es que no todo el mundo tiene la suerte de tener una base en otros idiomas, no todo el mundo es capaz de apreciar en su totalidad la obra si tiene que dedicar parte de su concentración a los subtítulos (a mí me pasa sobre todo cuando los subtítulos están mal puestos o tienen faltas ortográficas horribles) y, además, el doblaje es un arte y está tremendamente infravalorado.

Los actores y actrices de doblaje tienen un papel casi o tan importante como aquellos y aquellas a quienes ponen voz. El doblaje puede convertir una mala película en una gran obra o una película buenísima en un bodrio (hasta donde yo sé, he visto más de lo segundo). Antes, es decir, hasta hace un par de meses, yo era una firme defensora de los subtítulos como única traducción, y lo que me ha hecho cambiar de opinión no ha sido una interpretación mejorada, creo yo, sino algo menos crítico y más sensible. Me explico:

Todo empezó con Shameless, aunque fue un caso aislado. En la familia Gallagher todos tenían voces conocidas, y recuerdo que nos repateó un poco los hígados encontrarnos otra vez con la voz de Fernando Cabrera (Sheldon Cooper y Kylo Ren), esta vez como Lip, pero hubo otros que después eché de menos cuando tuve la oportunidad de ver la serie en versión original. Uno fue Jesús Pinillos (Mickey Milkovich), que también es Leonard en Big Bang y Pardo en Somos osos, pero quien de verdad me tocó la moral y fue la razón por la que renuncié a la voz original de Jeremy Allen White fue Jesús Maniega (Kevin Ball). Solo hizo falta una frase: «es que solo hay un baño», y Ángela ya estaba enamorada del doblaje castellano de Shameless.

Luego están los dibujos animados. Los Simpson es una obra maestra, como demostró el otro día Asierka Doblajes en Twitter, y Futurama, también de Matt Groening, es otra. La semana pasada tuve que ver un capítulo sin doblar, y fue horrible, ¿por qué? Porque crecí con Iván Muelas como la voz de Fry, y al ver la serie otra vez me di cuenta de que no solo era la voz de Philip J. Fry, sino también la de Billy, de Las macabras aventuras de Billy y Mandy, ese personaje cuyos diálogos mi hermano y yo llevamos años repitiendo. Si hubiera visto el capítulo de Futurama «El día que la Tierra amaneció estúpida» en versión original, probablemente no me habría reído ni la mitad y mucho menos tendría la risa triunfal de final de frase en «y el malvado cerebro rio triunfalmente». Cuando en Hora de Aventuras el Conde Limoncio salta por la ventana y empieza a comer tierra después de haber tomado picante y alguien grita «¡Se come la roña!», es un chasco darse cuenta de que en inglés no es roña, sino tierra (dirt). Bob Esponja, cuando Patricio dice «¡Ah, Oeste! Creía que había dicho Weste» o cualquier diálogo que en inglés no es ni la mitad de bueno.

Pero la razón suprema de mi cambio de opinión sobre el doblaje no fue una película, ni una serie, ni unos dibujos animados, sino un videojuego. Creo recordar que hace poco incluí a un par de personajes de Fallout 4 en una reflexión sobre mi problema con los hombres. Pues bien, la voz de uno de esos hombres en el juego en castellano, la del Paladín Danse, es la de Roberto Encinas. Roberto Encinas fue el actor que me abrió los ojos.

La voz original del Paladín Danse es la de un señor llamado Peter Jessop, que al parecer es utilizadísima en EEUU para anuncios y otras cosas y eso ha dado lugar a vídeo-memes del Paladín Danse intentando vender coches o sopa de pollo al personaje principal. Yo me moría de ganas por jugar al juego en inglés porque daba por hecho que era mucho mejor hasta que pude comparar las frases de Danse en ambos idiomas.


Desde el «extraordinario» que repite una y otra vez hasta el híperrealista «¡Mira por dónde pisas, joder!» con el que casi lloro el otro día después de que mi muñequito pisase una mina, pasando por oraciones bellamente correctas y bien construidas como «Nuestra agudeza visual se ve reducida aquí a un nivel inaceptable» y otras increíblemente sassy que en versión original incluso pueden sonar heterosexuales como «El hedor putrefacto de la deshonestidad impregna el aire aquí... aunque también puede ser el brahmán» o «La comida de la cantina no está mal... siempre que no la huelas antes de comértela».

En general, el doblaje de Fallout 4 es maravilloso. Desde luego, es infinitamente mejor que el del Fallout: New Vegas, y eso que nos dejó regalazos como 'Pete el Pachorras' (Easy Pete) o 'el maromo de la RNC' que todos los NPCs de la República de Nueva California querían que les cubriese las espaldas. Pero, pese a todo lo que diga mi madre, y tenga razón o no, creo que la voz en castellano del Paladín Danse es lo mejor.


Me costó darme cuenta de que ya había oído a Roberto Encinas en un papel parecido: Chris Redfield en Resident Evil 6. Tardé porque en RE6 existe la fantástica opción de cambiar el idioma del juego, y lo jugué más veces en inglés y alemán que en castellano. Después me di cuenta también de que Roberto Encinas es Nathan Drake en Uncharted, y tras reconocer su voz en Oldboy (la coreana de cuyo doblaje me quejaba antes) me dio por buscarlo. Resulta que este señor lleva ahí toda la vida, he crecido con él, pero soy consciente de su existencia solo por pura casualidad.

Son el reparto invisible. Y el mejor doblaje es cuando es imperceptible, igual que cuando una actriz o un actor dejan de lado su identidad para asumir la de su personaje, pero esa actriz y ese actor salen en los créditos, finales o iniciales, como las voces de las películas de animación originales. Pero el reconocimiento de todo el trabajo de doblaje se pierde.

Si mi personaje favorito de Shameless es Kevin Ball (que en realidad no, pero casi), yo puedo saber que el actor que le da vida es Steve Howey, pero solo en un 50%, el otro 50% que es Jesús Maniega lo desconozco hasta que me da por visitar eldoblaje.com y lo busco.

Si mi personaje favorito de Futurama es Philip J. Fry, yo puedo saber que el actor que le pone voz en EEUU es Billy West, pero me quedo sin saber que el que se ha ganado mi cariño y mi respeto desde que era una cría es Iván Muelas hasta que me da por visitar eldoblaje.com y lo busco.

¿Valoraremos algún día que Luis Bajo pueda ser al mismo tiempo Tigger de Winnie the Pooh y Abraham Ford de The Walking Dead? ¿Que Roberto Encinas sea la voz en castellano de Jason Momoa y al mismo tiempo Thor y el portero de Asgard en Las macabras aventuras de Billy y Mandy?


Aquí en España gran parte de las personas contrarias al doblaje se escudan en que es un invento de la dictadura de Franco, entre otras razones que serán más o menos válidas pero: en el resto del mundo también existe el doblaje. Por eso Dark, que es alemana, la podemos ver aquí en inglés con subtítulos, comiéndonos el doblaje a otro idioma que tampoco es el nuestro.

Ver las películas subtituladas no es malo, pero el doblaje es necesario, como también lo es darle a los actores y actrices de voz el reconocimiento que se merecen.

Y sí, al final sí me quedó largo. Por si acaso y para completar, dejo aquí este docu de Borja López:





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