jueves, 18 de abril de 2019

Feminismo y transfobia, otra vez

Cuando escribí sobre esto la última vez fue porque nunca antes me había topado con este problema. Daba por hecho que el feminismo defendía a todas las mujeres, y no solo a las que tenemos vagina, pero cada vez es más evidente que no todas piensan así.

Desde mi entrada anterior el 14 de junio del año pasado, más de diez páginas y cuentas feministas que seguía en redes sociales y que nunca habían dado la menor señal de transfobia han ido sumándose a ella. Hasta este momento nunca creí que fuera a recelar de todo lo que llevase la etiqueta «feminista» por algo más que las cuentas fake de los trolls machirulos.

A estas personas no les gusta ser llamadas TERFs (del inglés Trans-Excluding Radical Feminism) y se autodenominan solo «feministas radicales» porque para ellas las mujeres trans son hombres y no tienen cabida en el feminismo. «Transfeminismo es misoginia» es el mensaje que repiten a las demás feministas, las liberales, para que nos demos cuenta, como si pudiesen convencernos - a las que consideramos a las mujeres trans nuestras hermanas y compañeras - de que el odio y la exclusión son el camino, aunque son ellas las que están odiando a otras mujeres y no las trans.

Hace poco eliminaron la cuenta de Tumblr de una TERF, redkatherinee, que publicó un cómic en el que se presenta sí misma como una bruja feminista radical que asesina a personas trans y se las come. Algunas escenas del cómic presentan a personas trans (solo parcialmente, ensangrentadas o como un plato de comida macabro) diciendo cosas como «¡TÚ, ESCORIA CIS!» O «¡CULPAD A LAS TERFS!» y tiene miles de notas en esa web. De hecho, como las publicaciones siguen en la web, los usuarios todavía pueden compartirlas o descargarlas y propagar el odio. Yo misma me he descargado la portada mientras escribía esto, antes de decidir que era contraproducente utilizarla para ilustrar el texto y borrarla.


De Arolem en DeviantArt, en señal de victoria después de que la cuenta de redkatherinee fuese desactivada.

Resulta gracioso (en realidad no, es enervante) que en ataques tan claros como el que acabo de mencionar, las TERFs se hacen las víctimas y demonizan a las trans, cuando en este cómic por ejemplo LITERALMENTE LAS ESTÁ MATANDO Y SE LAS ESTÁ COMIENDO. En una de las imágenes, el pie de foto era (traduzco): «las rosas son rojas, las lilas son azules, comprueba tu privilegio o la radfem te comerá.» Privilegio. PRIVILEGIO. De los creadores de «a los hombres también nos matan», «los inmigrantes se quedan todas las ayudas», «los chinos no pagan impuestos» y «¿y por qué no hay un día del Orgullo Heterosexual?» llega... ¡¡LAS PERSONAS TRANS TIENEN PRIVILEGIOS!!

No, queridas, falso. A las mujeres trans no solo las están matando, violando, prostituyendo, cosificando y discriminando en general como a las mujeres cis, no, también sufren exclusión por ser trans, pero es que además el movimiento que se supone que las defiende y reivindica los derechos que se merecen como seres humanos que son les está fallando, les está dando la espalda y está consiguiendo que el feminismo y la comunidad LGBTI+ se distancien y se antagonicen cuando deberían ser movimientos solapados*⁽¹⁾.

Hace ya tiempo se viralizó una fotografía de una pintada en la que una mujer daba las gracias a todas las mujeres con las que se había encontrado en los baños públicos, ensalzando el concepto del baño de mujeres como un símbolo de sororidad. Más tarde, el colectivo trans llamó la atención sobre esto, porque mientras las mujeres cis gozaban de un entorno seguro en sus baños, ellas sufrían un infierno cada vez que tenían que usar los baños públicos. A diferencia de las otras, ellas no tenían una vía de escape. Para el feminismo radical, esa llamada de atención fue un ataque, no una reivindicación ni una exposición de su realidad.

El otro día, una chica se quejaba de unos baños cuya puerta decía: «cualquiera que se identifique como mujer puede usar este baño» y «cualquiera que se identifique como hombre puede usar este baño». Decía que los baños no son para confirmar la identidad de nadie, sino que su función principal es ser «un espacio de seguridad para las mujeres», refiriéndose, obviamente a las mujeres cis. Yo creía que los baños eran para hacer caca y pis*⁽²⁾, pero oye. Aun así, entiendo lo que quiere decir, y lo comparto, pero no va a dejar de ser un espacio seguro para las mujeres porque dejemos entrar a mujeres... trans. ¿O es que tampoco quieres que entren las lesbianas?


«¿Cómo se han olvidado tan rápido las TERFs lesbianas de que hace como diez años todo el mundo decía que las lesbianas no deberían usar los baños/vestuarios de mujeres porque son predadoras y espiarían o acosarían a las inocentes señoritas heterosexuales?»
Las mujeres trans tienen un espacio en el feminismo, el que les corresponde por ser mujeres. Y ni las transfeministas ni las feministas liberales*⁽³⁾ tendríamos que estar recordándolo cada dos por tres. No somos más mujeres por tener vagina, y creerlo no nos hace diferentes a los antiabortistas, ni los machirulos, ni los tránsfobos, ni toda esa escoria enemiga del feminismo (que al final son la misma gente).

*⁽¹⁾Es cierto que ya hay una brecha provocada por los vientres de alquiler, pero esa es una relación de opresión vertical, de los gays (y los hetero) con dinero a las mujeres sin él. Ahí sí hay privilegio, es lo que Shangay Lily denominaba gaypitalismo. Por supuesto, no todo se reduce a hombres y mujeres cis y trans, también hay una escala de poder con otros factores como el dinero y la etnia. Es lo que tiene el capitalismo cisheteropatriarcal.

*⁽²⁾Yo estoy a favor de los baños de género neutro. Es verdad que deja de ser una vía de escape, un espacio seguro, y quizá no sea viable en todos los ámbitos, pero en la mayoría de los contextos me parece la mejor opción. Desde luego, si hay baños diferenciados, las mujeres trans van al de mujeres. No hay debate.

*⁽³⁾El liberalismo tiene dos definiciones. Cuando hablo de feministas liberales, no me refiero al "feminismo" liberal de C's, un feminismo falso con el que se pretende justificar la legalización de prostitución y los vientres de alquiler relacionándolo con el empoderamiento femenino cuando su fin es puramente capitalista.

No me gusta el término, porque se divide el feminismo en dos grupos mayoritarios: RadFems y LibFems, quedándose las primeras con el abolicionismo y la transfobia y las segundas con la transinclusividad y el pro-trabajo sexual. ¿Significa eso que siendo abolicionista tengo que considerar ofensiva la existencia de personas trans? ¡No! El feminismo radical trans-exclusivo es dañino para las mujeres trans; el feminismo liberal, para todas, y la contradicción está muy clara: si es perjudicial para nosotras, no es feminismo. Buscaos otro nombre.