jueves, 14 de junio de 2018

Feminismo, transfobia y binariedad

Nótese que hablo desde mi punto de vista de chica bisexual cisgénero menor de 20 años y que no tengo conocimientos ni experiencia suficientes como para poseer la verdad del universo.

Hoy tuve que dejar de seguir una página "feminista" en FB porque negaban que "los" trans (refiriéndose a las mujeres transexuales) tuvieran espacio en el feminismo o derecho a entrar en los espacios exclusivos de mujeres, alegando que su único objetivo era "meterse en nuestras camas" y asegurando que no pueden ser mujeres por tener pene.

Esta no es la primera vez que soy testigo de actitudes como esta, aunque quizá sí la más clara, la más brusca y la más estúpida. Normalmente, cuando se critica la transfobia dentro del feminismo, la(s) persona(s) en cuestión se escuda(n) en el mal entendimiento y se medio-disculpa(n) por haberse expresado mal. Esta vez, sin embargo, lo dejaron bastante clarito:
Nosotras a los trans los dejamos bastante en paz, son ellos los que quieren meterse en el feminismo, nuestros espacios y nuestras camas.
No sé en qué mundo vive esta gente; quizá haya que aplicar sobre ellas la misma lógica que aplicamos sobre los cuñaos machirulos y sobreentender que no creen realmente que sea así sino que se escudan en esa fantasía para justificar su intolerancia.

Quizá la base de la transfobia en el feminismo, razón por la que se reivindica un feminismo trans, esté en el extendido culto a los genitales femeninos. Que sí, que desde el principio de los tiempos el mundo se ha dividido en hombres y mujeres heterosexuales (la llamada heteronormatividad), cada uno con sus respectivos genitales. Y, como en todo lo demás, los genitales femeninos se dejaron de lado. El señor Freud se inventó el orgasmo vaginal y obvió totalmente la existencia del clítoris, descubierto hace relativamente poco. Sí, existe una mayoría cisgénero de mujeres que legitima la lucha feminista en este campo.

Pero que las cis seamos mayoría no es una razón para dejar fuera a las mujeres trans. No me hace falta tener un pene entre las piernas para comprender que ellas también tienen genitales femeninos, aunque sean diferentes a los míos.
Porque trans o cis, son mujeres, y como mujeres tienen todo el derecho del mundo - y es suyo, no tiene que dárselo nadie - a entrar en los espacios exclusivos de mujeres y a participar del feminismo. Con respecto a nuestras camas, eso tiene que decidirlo más de una persona.

Con respecto al feminismo, desde que soy parte (activamente) de la comunidad LGBT+ he tenido algunas dudas acerca del término. No por lo mismo de siempre de y por qué no igualitarismo, sino por la lucha contra la binariedad. Lo llamamos feminismo porque las mujeres hemos sido el género más maltratado... de los dos. Pero ahora nos encontramos con un tercer género ya reconocido en Alemania, no porque sea algo nuevo, sino porque ahora es visible. Me encuentro en una situación en la que igual defiendo los derechos de las mujeres y el derecho a no definirse dentro de uno de los dos géneros "predominantes".

Incluso hemos tenido que redefinir la bisexualidad cambiando el "interés tanto por hombres como por mujeres" por el "interés por el propio sexo y el distinto", lo que ha creado un montón de confusión con la pansexualidad y provocado la reacción general de vamo a acabar con las etiquetas.

Pero las etiquetas (aunque, como el feminismo, sí deberán ser eliminadas algún día) son necesarias nos guste o no, porque son lo que nos da visibilidad. 

Y las dudas que tenga ahora y me vayan surgiendo más adelante no van a desaparecer de repente porque venga alguien y me diga qué tengo que hacer, porque hay mucha tránsfoba entre las feministas y muchas trans que no son feministas. Tengo que seguir aprendiendo hasta poder discernir yo sola.

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